martes, 11 de octubre de 2011

¿Y TÚ... POR QUÉ QUIERES TRABAJAR?

Ya sé, ya sé... trabajamos porque el trabajo es la fuente de ingresos que necesitamos para poder vivir. Dando ésto por sentado, lo cierto es que hay mucha gente que trabaja no solo por eso, sino además de eso. Hay muchas personas que trabajan de forma altruista sin percibir ningún salario por hacerlo y otros que trabajan a pesar de tener su vida absolutamente resuelta.

Así pues, también trabajamos porque queremos conseguir otras cosas con nuestro trabajo. Tal vez por tener un reconocimiento, por realización personal, por conseguir nuestra autonomía, por relacionarnos con otras personas, por salir de la rutina de la casa,... Los motivos para trabajar serán tan diferentes como diferentes somos las personas. Encontrar ese motivo, encontrar ese motor que nos mueva a la acción es uno de los pasos claves para lanzarnos a la búsqueda activa de ese empleo.

Pero más importante aún que determinar el motivo sería la reflexión sobre aquello a lo que estamos dispuestos a renunciar por nuestro trabajo: ¿Estamos dispuestos/as a delegar el cuidado de nuestros hijos/as en terceras personas?, ¿estamos dispuestos/as a invertir parte de nuestro tiempo y dinero en desplazamientos?, ¿estamos dispuestos a renunciar a estar con los amigos si nuestro horario no coincide con los de ellos?, ¿estamos dispuestos a trasladarnos a otras localidades?,...

Las respuestas a estas preguntas son las que harán que tengas más o menos disponibilidad y ese es uno de los factores que tienen mayor influencia a la hora de encontrar ese empleo que buscas. A mayor disponibilidad, mayores posibilidades de encontar trabajo.

Solamente tú tienes la capacidad para responder a estas y otras cuestiones. Dependiendo de tus respuestas emprenderás unas acciones u otras, aceptarás o rechazaras trabajos, buscarás empleo o te quedarás en casa aferrándote a cualquiera de las múltiples excusas que utilizamos para no buscar.

Todo es compatible en mayor o menor grado con el trabajo, hijos, amigos, familia, aficiones... sólo es cuestión de equilibrio. Vivir es una permanente toma de decisiones para encontar ese punto de equilibrio entre nuestros deseos y la realidad, de forma consciente, libre y sin sentimientos de culpa.